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Factores de riesgo y opciones de tratamiento para las hernias discales

¿Qué es una hernia discal? ¿Qué es un disco deslizado? ¿Qué es una rotura de disco?

Todas describen el mismo proceso. En términos médicos, se denomina núcleo pulposo herniado (HNP) y es una causa común de dolor y malestar de espalda. Se producen cuando el núcleo interno blando de un disco espinal (núcleo pulposo) sobresale (se hernia) a través de la capa externa resistente (anillo fibroso) del disco. Esta hernia puede presionar los nervios espinales cercanos, lo que provoca dolor de espalda o cuello, dolor de piernas o brazos, entumecimiento, hormigueo o debilidad en el área afectada.
--La protuberancia del disco es un hallazgo muy frecuente en la resonancia magnética y, por lo general, es asintomática, aunque si la protuberancia está cerca de una raíz nerviosa, puede provocar síntomas. La protuberancia es causada por la pérdida de fuerza del anillo externo del disco (el anillo fibroso).
--Los tipos de hernias discales incluyen protrusiones, extrusiones y secuestros (cuando un fragmento del disco se desprende del mismo).

Hernia discal, disco abultado, extrusión discal

Factores de riesgo para desarrollar una hernia de disco:
¿Qué factores aumentan la posibilidad de que un disco intervertebral se hernie?

  • Edad: El riesgo de sufrir hernias discales aumenta con la edad debido al desgaste natural de los discos intervertebrales. Los discos pierden contenido de agua y elasticidad con el tiempo, lo que los hace más susceptibles a sufrir lesiones y hernias.

  • Factores ocupacionales: Los trabajos o actividades que implican levantar objetos, agacharse o torcerse repetidamente pueden tensar la columna y aumentar el riesgo de hernia de disco. Algunos ejemplos son levantar objetos pesados, realizar tareas con movimientos repetitivos o trabajos que requieren estar sentado o de pie durante períodos prolongados.

  • Exceso de peso corporal: el sobrepeso o la obesidad pueden generar mayor presión sobre los discos espinales, lo que conduce a una degeneración acelerada y a un mayor riesgo de hernia.

  • Genética: Algunas personas pueden tener una predisposición genética a desarrollar hernias discales, lo que las hace más susceptibles a la degeneración y hernia discal.

  • Género: Los hombres tienen más probabilidades que las mujeres de desarrollar hernias discales, posiblemente debido a diferencias en la mecánica corporal y la fuerza muscular.

  • Fumar: el consumo de tabaco puede perjudicar el flujo sanguíneo a los discos espinales, reducir el suministro de nutrientes y debilitar la estructura del disco, aumentando el riesgo de hernia.

  • Mala postura: Mantener una mala postura, como encorvarse o encorvarse, puede ejercer una presión desigual sobre los discos espinales y aumentar el riesgo de hernia.

  • Antecedentes de hernia discal: las personas que previamente han sufrido una hernia discal tienen mayor riesgo de sufrir una hernia recurrente, especialmente si no se abordan los factores subyacentes que contribuyen a la hernia inicial.

  • Estilo de vida sedentario: La falta de ejercicio y actividad física regulares pueden debilitar los músculos que sostienen la columna y aumentar el riesgo de hernia de disco.

  • Traumatismo o lesión: Un traumatismo o lesión aguda en la columna, como una caída o un accidente automovilístico, puede provocar una hernia discal repentina y grave.

  • Técnica de levantamiento inadecuada: levantar objetos pesados utilizando una técnica inadecuada, como agacharse desde la cintura en lugar de las rodillas, puede tensar los discos espinales y aumentar el riesgo de hernia.

​Es importante tener en cuenta que, si bien estos factores de riesgo pueden aumentar la probabilidad de desarrollar una hernia de disco, no todas las personas con estos factores de riesgo necesariamente sufrirán una hernia de disco. Además, adoptar hábitos de vida saludables, como mantener un peso saludable, practicar una buena postura, hacer ejercicio con regularidad y evitar fumar, puede ayudar a reducir el riesgo de hernia de disco.

Síntomas de hernias discales:
¿Qué se siente al tener una hernia discal? ¿Cuáles son los síntomas de una hernia discal?

Los síntomas de la hernia discal varían según la ubicación y la gravedad de la protrusión. Los síntomas más comunes incluyen:​

  • Dolor de espalda: Los pacientes pueden experimentar dolor localizado en el área del disco herniado, a menudo agravado por el movimiento o ciertas posiciones.

  • Dolor irradiado: el dolor puede irradiarse a lo largo del recorrido del nervio afectado, potencialmente hacia las nalgas, las piernas, los brazos o los pies.

  • Entumecimiento y hormigueo: puede producirse entumecimiento, hormigueo o una sensación de hormigueo en las áreas irrigadas por el nervio afectado.

  • Debilidad muscular: Puede desarrollarse debilidad o dificultad para controlar los músculos, particularmente en las piernas o los brazos.

  • Cambios en los reflejos: Los reflejos controlados por el nervio afectado pueden estar disminuidos o ausentes.

Opciones de tratamiento para hernias discales:
¿Cómo se trata una hernia discal? El tratamiento de las hernias discales tiene como objetivo aliviar los síntomas, reducir la inflamación y promover la curación. Según la gravedad de la afección, las opciones de tratamiento pueden incluir:

  • Tratamiento conservador: Inicialmente, se utilizan tratamientos conservadores como

    • Reposo: se puede recomendar un breve descanso para permitir que el disco sane y reducir la inflamación. Sin embargo, se debe tener cuidado, ya que el reposo prolongado puede empeorar los síntomas de las hernias discales.

    • Fisioterapia: Un programa de fisioterapia estructurado puede ayudar a fortalecer los músculos que sostienen la columna, mejorar la flexibilidad y aliviar el dolor.

    • Medicamentos: Se pueden recetar medicamentos de venta libre o con receta, como antiinflamatorios no esteroides (AINE), acetaminofeno o relajantes musculares para aliviar el dolor y reducir la inflamación.

    • Terapia de calor o frío: aplicar compresas calientes o frías en el área afectada puede ayudar a reducir el dolor y la inflamación.

  • Procedimientos mínimamente invasivos: Para los pacientes que no responden a los tratamientos conservadores, se pueden recomendar procedimientos mínimamente invasivos como la discectomía percutánea o los bloqueos de la raíz nerviosa epidural para aliviar la presión sobre el nervio afectado.

  • Inyecciones epidurales de esteroides : las inyecciones de corticosteroides administradas en el espacio epidural alrededor del nervio afectado pueden ayudar a reducir la inflamación y proporcionar un alivio temporal del dolor.

  • Terapias alternativas:

    • Atención quiropráctica: la manipulación espinal realizada por un quiropráctico autorizado puede ayudar a aliviar el dolor y mejorar la alineación de la columna.

    • Acupuntura: esta terapia tradicional china implica la inserción de agujas finas en puntos específicos del cuerpo para aliviar el dolor y promover la curación.

    • Terapia de masaje: Las técnicas de masaje terapéutico pueden ayudar a reducir la tensión muscular, mejorar la circulación y aliviar el dolor asociado con una hernia de disco.

  • Cirugía: En casos graves o cuando los tratamientos conservadores no brindan alivio, se puede considerar la cirugía para extirpar la porción herniada del disco y aliviar la presión sobre los nervios.

    • Cirugía de descompresión lumbar: se puede realizar una microdiscectomía o laminectomía para eliminar la porción herniada del disco y aliviar la presión sobre los nervios espinales.

    • Fusión espinal: En los casos en que la hernia discal ha causado inestabilidad o deformidad de la columna, se puede realizar una cirugía de fusión espinal para fusionar dos o más vértebras y estabilizar la columna.

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